La Alhambra no es sólo la culminación
del arte que la presencia musulmana dejó en Al-Andalus, ha sido a través
de los siglos y es un lugar ecológico donde arquitectura y naturaleza
mediante el uso del agua alcanzan una unidad en equilibrio y perfecta
sincronía.
El agua, además de ser un elemento
básico para la supervivencia de la vegetación, fauna y, por tanto, del
monumento, tiene un sentido estético. Es el elemento ornamental
vinculado a las tradiciones étnicas y geográficas del mundo islámico,
indispensable de los jardines y huertas nazaríes, llenos de acequias,
estanques, surtidores y arroyos, donde fluye y murmura por doquier,
creando un ambiente de frescura y olor, al mismo tiempo que realza el
esplendor de los pórticos, fachadas y torres mediante su reflejo en las
albercas, produciendo además un sonido apacible en patios y salones a su
paso por las fuentes y canales rehundidos en el suelo de mármol blanco.
En la vegetación se diferencian dos
zonas bien delimitadas, una de jardines y huertos, de plantas
aromáticas, con flores de alegres colores y sabrosos frutos, y otra de
bosque.
La Alhambra también es un espacio de
desarrollo para la biodiversidad faunística, ya que es utilizado como
hábitat y refugio de animales en los rigores del invierno y en los
movimientos y en los movimientos migratorios.El alumnado de 3º A y 3º B realizaron esta visita.
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