Estos dos días han sido muy especiales para el alumnado de cuarto. ¡Hemos diseccionado un ojo de cordero!
En el Parque de las Ciencias siempre nos ofrecen unos talleres muy interesantes y además aprendemos de forma lúdica y diferente.
El poder ver cómo es un ojo de verdad por dentro y examinarlo utilizando las verdaderas herramientas de los diversos talleres y grupos de investigación de los científicos es muy emocionante.
Cuando llegamos al taller nos preguntaron qué teníamos en nuestro cuerpo para proteger nuestro órgano de la vista, que aunque no es un órgano vital es de suma importancia. Así, descubrimos que las lágrimas tenían anticuerpos y que las cejas, pestañas y párpados tienen funciones muy específicas para protegernos.
Después, en un modelo, fuimos abriendo un ojo para ir reconociendo la esclerótica, el iris, la pupila y el cristalino, que era el objetivo de nuestra misión. También vimos dónde estaba la retina y el nervio óptico.
Por último...¡nos pusimos a la obra!
En pequeños grupos fuimos buscando el borde transparente de la esclerótica (córnea) para recortarlo y, a través de la pupila, poder sacar el cristalino. Sin olvidarnos de que... ¡Iba a salir humor acuoso con manchitas negras!
¡Y lo conseguimos! Pudimos comprobar que el cristalino es una bolita transparente que actúa como una lupa. ¡PRUEBA SUPERADA!
Para acabar pasamos por el Pabellón del Cuerpo Humano para seguir conociendo un poquito mejor nuestro cuerpo.
¡Estas clases nunca se olvidan!
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